Cómo proteger a las mascotas del calor: medidas clave para su bienestar

03-11-2025

Con la llegada de los días más cálidos, es fundamental tomar precauciones para mantener a salvo a las mascotas del calor extremo. La hidratación, la sombra y la supervisión constante son esenciales para prevenir riesgos y golpes de calor.

El aumento de las temperaturas no solo afecta a las personas: los animales también pueden sufrir las consecuencias del calor intenso. Desde perros y gatos hasta especies de mayor tamaño, todos requieren cuidados especiales para evitar el estrés térmico, la deshidratación o la insolación. Comprender cómo reaccionan al calor y qué medidas adoptar puede marcar la diferencia entre un susto y una emergencia veterinaria.

Evitar la exposición directa al sol

Las mascotas deben contar siempre con espacios sombreados y ventilados, especialmente durante las horas de mayor radiación solar. Si viven en exteriores, se recomienda disponer de refugios con buena circulación de aire o zonas cubiertas que les permitan protegerse del sol.


Para los animales de mayor tamaño, como caballos o animales de granja, el uso de mantas refrescantes o ventiladores puede ayudar a regular la temperatura corporal, especialmente tras el ejercicio o en climas húmedos.

Hidratación constante

El agua fresca y limpia debe estar disponible en todo momento. Durante las olas de calor, es recomendable renovar los bebederos varias veces al día y evitar que el agua se caliente al sol. En paseos o traslados, llevar un recipiente portátil ayuda a mantener el nivel de hidratación, tanto en mascotas pequeñas como en animales de trabajo.

Cuidado durante los paseos

El pavimento puede alcanzar temperaturas que queman las almohadillas de los animales. Antes de salir, conviene comprobar con la mano o el pie descalzo si el suelo está demasiado caliente. Si lo está, es preferible optar por horarios de menor exposición solar (mañana temprano o al anochecer) o por superficies más frescas como el pasto.


Nunca se debe dejar a un animal dentro de un vehículo cerrado, aunque sea por pocos minutos: la temperatura interior puede aumentar más de 20 grados en menos de diez minutos, provocando un golpe de calor fatal.

Señales de alerta y primeros auxilios

La jadez excesiva, debilidad, vómitos, diarrea o pérdida de coordinación son signos de un posible golpe de calor. Ante cualquiera de ellos, lo urgente es refrescar al animal con agua tibia, no fría, y buscar atención veterinaria inmediata. También se debe ofrecer agua en pequeñas cantidades y evitar cubrirlo con toallas o paños que dificulten la transpiración.


Los veterinarios suelen aplicar fluidoterapia y monitoreo clínico para evitar complicaciones como insuficiencia renal o alteraciones neurológicas, por lo que acudir a un centro especializado a tiempo es determinante.

Un compromiso compartido

El cuidado responsable de los animales implica prever los riesgos estacionales. Adaptar rutinas, ofrecer descanso, mantener hidratación y crear entornos ventilados son acciones simples pero efectivas para preservar la salud y bienestar de las mascotas durante el calor.


Proteger del calor a los animales no requiere grandes inversiones, sino atención, empatía y constancia. En cada paseo, patio o terraza, un pequeño ajuste puede asegurarles una vida más segura y confortable en los meses más cálidos.