Diseño sensorial: cómo crear ambientes que estimulen los cinco sentidos

09-06-2025

El diseño sensorial busca generar experiencias memorables a través de la estimulación de la vista, el tacto, el oído, el olfato y el gusto, con un enfoque centrado en el bienestar de quienes habitan los espacios.

Crear espacios que se sientan, se escuchen, se huelan y se vivan, más allá de lo puramente visual, es el objetivo del diseño sensorial. Esta disciplina, que cruza la arquitectura con la neurociencia y el diseño de interiores, cobra cada vez más protagonismo en viviendas, oficinas, hoteles y proyectos públicos. Su propuesta es clara: lograr que los espacios no solo cumplan una función, sino que también generen bienestar y conexión emocional con sus ocupantes.

Vista: la entrada principal de los estímulos

La vista sigue siendo el sentido más dominante en el diseño de espacios. La elección de la paleta de colores, el uso de luz natural y artificial, los materiales y la disposición del mobiliario cumplen un rol clave en cómo percibimos y habitamos un entorno. Estudios han demostrado que colores fríos como el azul o el verde favorecen la concentración, mientras que los tonos tierra pueden transmitir calma o conexión con lo natural.

Además, las visuales abiertas, los ventanales amplios y los contrastes de sombra y luz permiten enriquecer la experiencia visual de forma armónica, sin saturar el ambiente.

Tacto: texturas que evocan sensaciones

El sentido del tacto ofrece una forma directa y profunda de relacionarnos con el espacio. Incorporar superficies con distintas texturas, como madera, lino, piedra o cerámica, permite generar estímulos físicos que refuerzan sensaciones específicas: suavidad, rusticidad, frescura o calidez.


En hogares, los textiles como alfombras, mantas, cortinas y cojines también cumplen un rol protagónico. El diseño sensorial recomienda usar materiales nobles y naturales, que aporten confort físico y emocional al contacto diario.

Oído: la acústica como parte del bienestar

El diseño acústico es uno de los pilares del confort sensorial. En espacios interiores, el sonido debe cuidarse tanto como la luz. Una reverberación alta, o el ingreso constante de ruidos externos, pueden afectar la concentración, el descanso e incluso la comunicación familiar.


El uso de elementos absorbentes como paneles, cortinas gruesas, alfombras o mobiliario blando ayuda a reducir el ruido ambiente. En contextos urbanos, aislar ventanas o incorporar vegetación exterior también contribuye al confort auditivo.

Olfato: el aroma como ancla emocional

Los olores activan zonas profundas del cerebro asociadas a la memoria y las emociones. En el hogar, el uso de difusores con esencias naturales o la elección de materiales con olor propio, como la madera o el cuero, puede crear atmósferas específicas: relajantes, frescas, cálidas o estimulantes.


En cocinas, baños y dormitorios, una ventilación cruzada adecuada también permite renovar el aire y evitar saturación olfativa. El diseño sensorial sugiere trabajar el olfato con sutileza, privilegiando aromas naturales y agradables.

Gusto: espacios que amplifican la experiencia culinaria

Aunque el gusto es un sentido menos directamente asociado al diseño arquitectónico, cobra protagonismo en comedores, cocinas abiertas, terrazas y zonas de encuentro. Una buena iluminación sobre la mesa, la elección del mobiliario o la ambientación general puede influir en cómo percibimos una comida o bebida.


Además, integrar elementos como jardines verticales comestibles, huertos en balcones o cocinas con conexión visual al exterior puede enriquecer la relación entre el espacio y los alimentos.

Un diseño que conecta

En conjunto, estimular los cinco sentidos a través del diseño no solo mejora la funcionalidad de un espacio, sino que transforma la experiencia cotidiana de habitar. Esta corriente, que viene siendo explorada por arquitectos, diseñadores y estudios de neuroarquitectura, pone al ser humano en el centro, reconociendo que un buen espacio no solo se ve bien, sino que también se siente bien.


En tiempos donde el bienestar personal es una prioridad, el diseño sensorial propone una forma de vivir más consciente, presente y conectada con el entorno.