Hormigón visto, acero y porcelanato: cuando la estética es parte de la estructura

20-08-2025

El diseño interior de los edificios ya no se piensa como un decorado que disimula lo técnico. Cada vez más, son los materiales nobles, duraderos y a la vista los que definen el carácter de un proyecto urbano.

La elección de terminaciones en un edificio no es solo una cuestión estética. Habla de decisiones arquitectónicas más profundas, donde forma y función se integran para sostener un estándar de diseño sobrio, duradero y coherente con la vida urbana contemporánea.

En ese marco, materiales como el hormigón visto, el acero y las baldosas microvibradas han dejado de ser exclusivos de espacios industriales o institucionales. Hoy, bien ejecutados, son parte del lenguaje habitual de departamentos y oficinas, sobre todo en proyectos que buscan transmitir solidez, claridad material y una estética sin adornos superfluos.

Uno de los ejemplos más cuidados de este enfoque es Puerto Rodó, nuestro edificio de uso mixto en pleno Providencia que incorpora estas terminaciones como parte de su identidad. El hall de acceso y los pasillos comunes del primer piso se pavimentan con baldosa microvibrada; los pilares y muros estructurales se mantienen en hormigón visto; y los departamentos incorporan acero en sus terminaciones

La lógica detrás de estas elecciones no es seguir una tendencia, sino optar por materiales que resistan el uso diario y que además ofrezcan un lenguaje visual atemporal.

Un muro de hormigón a la vista no necesita revestimiento. Una baranda de acero se integra a la arquitectura sin camuflaje. Un piso de porcelanato puede replicar la textura del concreto o la piedra, con prestaciones muy superiores en durabilidad y limpieza.

En edificios como este, el estándar no se nota solo por lo que brilla, sino por lo que permanece. Esa es una distinción relevante para quienes buscan un lugar donde vivir o trabajar en la ciudad, sin renunciar a la sobriedad, al diseño y a la coherencia de materiales que envejecen bien.