La música también diseña, cómo el sonido influye en el bienestar del hogar

31-07-2025

Estudios científicos han comprobado el efecto positivo de la música en el cuerpo y la mente. Su uso como estímulo ambiental dentro del hogar se consolida como una herramienta para favorecer el descanso, la concentración y la conexión emocional con el entorno.

En los últimos años, la ciencia ha consolidado algo que la intuición cotidiana ya sospechaba, la música no solo acompaña, también transforma. Estudios recientes han demostrado que su escucha regular puede reducir el estrés, mejorar el ánimo, aliviar el dolor y estimular el sistema nervioso en contextos tan diversos como la recuperación postoperatoria o el tratamiento de la demencia. Pero más allá del ámbito clínico, sus efectos también se extienden a lo cotidiano, donde el hogar se convierte en un entorno sensible a estos estímulos.

La Sociedad Americana de Cirugía publicó una revisión de 35 estudios que involucraron a más de 3500 pacientes. En ella se concluyó que escuchar música tras una intervención quirúrgica reduce la necesidad de analgésicos, baja la frecuencia cardíaca y disminuye la ansiedad.

Otras investigaciones, como las lideradas por Jenny van der Steen en los Países Bajos, han confirmado que la musicoterapia puede mejorar la calidad de vida de personas con demencia, incluso en fases avanzadas. El mecanismo, aunque complejo, tiene una base clara: el sonido activa múltiples zonas del cerebro y facilita conexiones neuronales asociadas a la memoria, el movimiento y la emoción.

En el diseño contemporáneo del habitar, esta dimensión sensorial comienza a integrarse como un componente más del bienestar. La arquitectura, entendida no solo como espacio sino como experiencia, también se construye a través de lo invisible.


En esa línea, Puerto+Arquitectura ha desarrollado una serie de playlists en Spotify pensadas para distintos espacios del hogar, como la cocina, el living o zonas de descanso, integrando la música como parte del bienestar diario.

Esta curaduría sonora responde a una misma lógica que el diseño arquitectónico: generar condiciones que favorezcan el descanso, la concentración o la conexión emocional con el entorno. Sin ocupar lugar ni requerir intervención, la música se instala como un puente entre el espacio y quien lo habita.


Hoy, pensar en calidad de vida incluye también el cuidado de esos estímulos sutiles que definen el ánimo del día. Y en esa sintonía, la música no decora, construye.