Mesas redondas vs. rectangulares: cómo la forma del comedor influye en la convivencia
La elección de la mesa de comedor no solo responde a la estética, también define cómo fluye la conversación y el encuentro en el día a día.
El comedor es un espacio central de la vida doméstica. Allí se comparten comidas, celebraciones y conversaciones que refuerzan la convivencia. Por eso, la forma de la mesa –ya sea redonda o rectangular– impacta directamente en cómo se vive ese espacio: desde la cercanía entre los comensales hasta la funcionalidad para distintos tamaños de grupo.
Mesas redondas: cercanía y fluidez
Las mesas redondas generan un ambiente más relajado y acogedor. Al no tener esquinas, todos los asientos se encuentran a la misma distancia del centro, lo que favorece la conversación cara a cara. Esta forma también facilita la circulación alrededor y transmite una sensación de ligereza en el espacio.
- Para 4 personas, se recomienda un diámetro de 100 a 120 cm.
- Para 6 personas, más de 140 cm.
- Para 8 personas, entre 160 y 180 cm de diámetro.
Su diseño sin esquinas no solo aporta seguridad, también se integra bien en comedores más pequeños, donde el espacio debe aprovecharse con eficiencia.
Mesas rectangulares: amplitud y formalidad
Cuando el comedor dispone de mayor superficie, las mesas rectangulares son una solución clásica y funcional. Permiten incluir a más personas sin perder comodidad y aportan proporción simétrica al ambiente.
- Para 4 personas, se aconseja un ancho mínimo de 80 cm y 1,30 m de largo.
- Para 6 personas, 170 x 100 cm.
- Para 8 personas, alrededor de 190 x 100 cm.
Su formato otorga un aire más formal y elegante, ideal para familias grandes o reuniones que buscan una disposición ordenada y equilibrada.
Un mueble que define estilo y convivencia
La elección no depende solo del número de sillas, sino también del ambiente que se busca generar. Mientras la mesa redonda favorece un entorno distendido y conversacional, la rectangular refuerza un estilo más clásico y estructurado. Ambas, sin embargo, cumplen un rol que trasciende lo decorativo: son el centro de la vida social del hogar.
En proyectos residenciales de alto estándar, como los departamentos de AV+ en Providencia, la distribución de los espacios considera la importancia del comedor como núcleo de la vida compartida, ofreciendo áreas versátiles que se adaptan tanto a una mesa redonda de encuentro como a una rectangular de mayor capacidad.