Sábados sin agenda: por qué el ocio sin culpa mejora tu calidad de vida

18-08-2025

No hacer nada no es perder el tiempo. Liberarse del deber constante y recuperar espacios de ocio real puede ser clave para la salud mental y el bienestar cotidiano.

¿Y si este sábado no hicieras nada? Ni trámites pendientes, ni compromisos sociales por obligación, ni listas de cosas por ordenar. La idea puede parecer incómoda, incluso culpógena, pero cada vez más estudios y expertos coinciden en que el ocio verdadero —aquel que no busca productividad— es esencial para una vida equilibrada y saludable. Así lo plantea un reciente artículo de La Tercera, que explora la importancia de defender estos espacios como parte activa del cuidado mental.

Una pausa necesaria, no un lujo

Aunque el término “ocio” a veces se asocia con flojera o desconexión, su sentido original está lejos de eso. Es una pausa consciente, una recuperación del tiempo propio. Y según psicólogos consultados por La Tercera, es una necesidad urgente en un contexto donde todo parece tener que justificarse en función del rendimiento.


“La vida contemporánea nos empuja a creer que siempre deberíamos estar haciendo algo útil”, dice la psicóloga Verónica Cabezas para el medio. Pero esta creencia no solo es falsa: puede ser dañina. El descanso sin culpa, afirman los especialistas, es parte fundamental del equilibrio emocional, sobre todo cuando se vive en entornos de alta exigencia o conectividad constante.

El valor de un día sin planes

Tomarse un sábado sin agenda no significa aislarse o desperdiciar el día. Puede ser una jornada para improvisar, para leer sin mirar el reloj, para caminar sin destino o simplemente para aburrirse un poco, como parte natural del vivir. El ocio también es una forma de reconexión interna.


Y lo interesante es que no siempre se trata de cambiar el ritmo externo, sino de cambiar el enfoque interno con el que se vive ese tiempo. No hacer nada útil, por un rato, también puede ser hacer mucho por uno mismo.

Un hábito contracultural que vale la pena cultivar

En medio de ciudades aceleradas, rutinas exigentes y una cultura que glorifica el multitasking, defender el ocio puede parecer un acto rebelde. Pero también puede ser un acto de autocuidado radical. Reservar un día sin agenda —como los sábados— puede convertirse en un nuevo ritual: un espacio para recuperar el sentido de habitar sin presión.


Y quizás, ese día sin plan se vuelva el mejor plan.

Vivir sin apuro en la ciudad

En zonas urbanas que valoran el bienestar, la arquitectura también acompaña este tipo de decisiones. Departamentos bien diseñados, con terrazas amplias, luz natural y buena conexión con áreas verdes, invitan a detenerse. En comunas como Vitacura y Providencia, donde se emplazan proyectos como Puerto Camoens o Puerto Rodó, vivir sin prisa no solo es un deseo, sino una posibilidad concreta.


Fuentes consultadas: La Tercera, En defensa del ocio: un espacio clave para preservar la salud mental.