
Seis claves para elegir un sofá realmente cómodo
No basta con que un sofá se vea bien, la verdadera prueba está en cómo acompaña el día a día.
El sofá es el corazón de la sala de estar: lugar de conversación, descanso y reuniones familiares. Sin embargo, muchas veces la elección se hace guiada por la estética y no por la comodidad, lo que puede traducirse en malas posturas o dolores a largo plazo. Según un artículo de ArchDaily, existen seis aspectos esenciales que conviene revisar antes de decidirse por un modelo.
Profundidad del asiento
Cada persona se sienta de manera distinta. Los sofás de gran profundidad permiten encoger las piernas y descansar de forma más relajada, mientras que los de asiento más corto favorecen a quienes prefieren apoyar los pies en el suelo. Lo importante es elegir el modelo que se ajuste al estilo de uso de quienes habitan el espacio.
Altura del asiento
Un sofá demasiado bajo obliga a curvar la espalda, y uno demasiado alto deja las piernas colgando sin apoyo. El equilibrio está en una altura que permita apoyar los pies cómodamente, manteniendo la postura natural de la columna.
Respaldo adecuado
Si es muy alto, puede saturar visualmente la sala, y si es demasiado bajo, no entrega soporte a la zona cervical. Una opción es combinar respaldos de distintas alturas o elegir un diseño envolvente que aporte comodidad sin perder estética.
Ángulo del respaldo
Los sofás de respaldo recto funcionan bien para leer o conversar, pero no siempre para descansar. Quienes prefieren recostarse se benefician de diseños con respaldo inclinado o reclinable, que reducen la tensión en cuello y hombros.
Ubicación y proporción
Un buen sofá puede perder impacto si se ubica mal. En el centro de una sala, por ejemplo, conviene elegir un diseño que luzca bien desde todos los ángulos, o complementarlo con muebles auxiliares que lo acompañen visualmente.
Los modelos que integran mesas auxiliares o apoyabrazos funcionales permiten tener a mano libros, controles o bebidas sin interrumpir el descanso. Un detalle práctico que marca la diferencia en la experiencia de uso.
Al elegir un sofá, el criterio estético siempre contará, pero la comodidad y la ergonomía deben guiar la decisión. En un espacio diseñado para disfrutarse, el mobiliario no solo embellece, también transforma la manera de habitarlo.